Es una de las frases favoritas del equipo de atletismo altamente competitivo que juega con nosotros cada sábado. Se trata de percutir y percutir hasta que la percusión tenga repercusión en el marcador abriendo la distancia hasta hacerlas casi irrecuperables.
Por mi experiencia de la semana pasada con el otro martillo, martillo, la referencia posiblemente viene de la construcción y del uso del martillo para destruir algo que otrora fue diseñado para durar. Digamos que la base de cemento de una valla.
No solo me siento identificado con la filosofía (unos de mis defectos es el exceso, valga la contradicción, de paciencia) sino que además recuerdo esos momentos de niñez en los que golpeaba con una piedra grande otra mayúscula a que otros niños querían romper hasta que poco a poco iba cediendo. No sé si para mí era simplemente un reto o si quizás canalizaba así mis aficiones destructivas pero fuera cual fuera la causa, el efecto era el martillo, martillo.
Un poco de digresión ... Aznar hizo famoso el concepto de la lluvia fina. Posiblemente subyace el mismo concepto pero a menor intensidad durante mayor tiempo. Años después Más tiene más prisas y aprieta el percutor con todas sus fuerzas con la única intención de ... lo que sea. En el proceso procés, creo que lo llaman, las tensiones amenazan con romper algo, España, Cataluña, todo a la vez ... queda poco para saberlo.
Mientras tanto seguiremos trabajando como siempre hasta que lleguen las vacaciones y una vez lleguen las disfrutaremos como se juega al fútbol, martillo, martillo.
Un saludo, Domingo.
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