domingo, 1 de febrero de 2015

Postración

Bonita palabra la que da título a la entrada de hoy. Pero ese es básicamente mi estado actual, lo ha sido durante los últimos días y lo será durante los siguientes. Es la primera vez que tengo que solicitar la baja en un trabajo y ha tenido que ser lo que por ahí llaman un silus o quiste pilonidal. Temía que el postoperatorio fuera peor de lo que está siendo. Internet no ayuda a ello, también es cierto.

En cualquier caso, sirva esta entrada para comentar y recordar algunas de esos momentos que ha de llevarse el tiempo. Sin un orden en concreto ... o quizás sí

  • Antes los médicos y enfermeras solían ser mayores que yo. Ya no lo son o al menos no lo parecen. No sé si porque antes iba al hospital a acompañar a mi abuela, la pobre. Puede tener que ver, tanto por el tipo de hospital como por el tipo de pacientes.
  • La operación de un quiste pilonidal es muy sencilla ... en el papel.
  • Puede empezar por estar aparcado unos minutos porque alguien se pensaba que eras tú el paciente al que iban a operar de hemorroides. Me llama la atención que todavía la forma principal de detectar estos problemas sea preguntarle al paciente y que la pregunta al paciente no sea sino la comprobación de que lo que tienen escrito en algún sitio es correcto. Simplemente el siguiente paciente que esperaban era uno para operar de hemorroides así que el siguiente paciente que otro compañero dejó aparcado debía ser y solamente pregunto por si acaso.
  • Después te cogen una vía que no está muy claro si te deben coger en la habitación o en el quirófano. De hecho me da la sensación de que no lo tienen claro ni en un sitio ni en otro. Quizás solo esperan a que alguien lo pida y en este caso lo pidió la anestesióloga. Esa vía, por alguna razón, puede ser que parezca que la vena se ha roto (gran hinchazón en la mano) cuando tras unos minutos se comprueba que no es así.
  • Continúan por ponerte la epidural ... por intentar ponerte la epidural. Aparentemente mi morfología es adecuada para ello pero o bien mi flexibilidad (o escasez de ella) lo complica o bien hay una capa lipo-adiposa que resulta engañosa. Entre intento e intento ... un desmayo y un despierto. 
  • El despertar, uno de los mejores de mi vida junto con aquel otro tras idéntico episodio (de desmayo, no de epidural). Teniendo en cuenta que la razón es una bajada de tensión, la correspondiente subida puede tener efectos de tal bienestar que quizás pudieran explicar las muertes por asfixia autoerótica. Pero eso es solo una teoría que ahora mismo no estoy interesado en investigar :-).
  • Tras el despertar consiguen poner la epidural de forma un tanto ladeada y al par de minutos se empiezan a notar los efectos. En mi caso primero se empezó a dormir la pierna derecha y bastante más tarde la izquierda. En el postoperatorio pasaría lo opuesto, la izquierda se recuperó bastante más rápido.
  • Comienza la operación y solo me doy cuenta por el olor a quemado. Ahí intuí que estaban usando un bisturí láser, algo que me agradó sobremanera pues ya sabía (y no por internet sino por la radio) que la morbilidad de estos instrumentos era mucho menor y el postoperatorio mucho más llevadero.
  • Sin embargo el olor a quemado solo fue puntual y coincidió con una de las dos doctoras preguntando por algo que parecía un hueso. A toro pasado me da por pensar que había una cirujana y una doctora en prácticas. En ese momento yo pensé que el olor a quemado era, quizás, por el hueso.
  • El olor a quemado sería puntual pero parece que llegó a más sitios pues alguien llegó por allí preguntando y la doctora bromeó diciendo que debía ser alguien fumando en alguna sala. A posteriori pensé que era olor a pelo quemado y por tanto debía ser el bisturí al llegar al silus que no es sino un largo pelo enquistado.
  • Acaba la operación co alguna ramificación no esperada y con ciertas dudas acerca de dónde coger los puntos En ese momento yo me esperaba un costurón en la parte baja de mi espalda.
  • Me dan la vuelta y quedo mirando al techo hasta que pase la anestesia. Al menos una hora, me dicen.
  • La anestesia se pasa, primero en la pierna izquierda, luego en la derecha, con la curiosa sensación de intentar mover las piernas o al menos la rodilla y no poder. Produce además una cierta angustia que, no sé si unida al resto del proceso, me deja apretando las mandíbulas de vez en cuando. En esos momentos echo de menos una férula de descarga, de esas que usan los afectados por bruxismo, que me impida rechinar los dientes.
  • Me llevan para la habitación y es justo llegar y se me pasan los efectos de la anestesia casi completamente. Sin embargo, la zona de la incisión no me duele a pesar de los reiterados comentarios acerca de lo "fastidioso" de la operación y su postoperatorio.
  • En los días siguientes, gracias a Dios, solo tengo molestias, no dolores. Eso y una cita para que me vea el médico en 10 días junto con un pronóstico de vuelta a la normalidad de no menos de tres semanas.
Y en el día 5 estamos. Seguiremos informando :-).

Un saludo, Domingo.


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