O dicho de otra forma y ya con el alta bajo el brazo, toca volver al trabajo. Hoy he vuelto al fútbol con una manifiesta carencia de forma que pide a gritos, entre otras cosas, algo de dieta. No sé si la vuelta al trabajo será similar o, por el contrario, volveré en plena forma. Esperemos que sea lo segundo.
Antes de iniciar mi baja un compañero de trabajo pronosticó un mes de vacaciones. Otro pronosticó solamente lo del mes, algo en que ambos acertaron. Lo de las vacaciones es otra cosa. A ver, tampoco puedo ponerme fino, ciertamente han sido 30 días más parecidos a un mes de vacaciones que a cuatro semanas de trabajo. El correo sí que lo he ido mirando diariamente o cada dos días en el peor de los casos pero el volumen de trabajo ha sido bastante menor del que yo pronosticaba.
Y vacacional ha sido aunque solamente en lo que al reposo respecta o siendo más respetuoso con la realidad, algunos días. Las obras en la casa de al lado, taladros, picapiedras y similares han hecho de la experiencia, algo más de una semana posiblemente, un magnífico ejercicio de esos que dudaba hace unas cuantas entradas si categorizarlos de fuerza de voluntad o simplemente masoquismo. Si a eso se le une el problema de la mano, no hay duda de que las bromas que escuche el lunes acerca de las vacaciones las recibiré muy bien y con pocos o ningún remordimientos :-).
Un saludo, Domingo.
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