Ayer me ocurrió algo interesante. Una persona que hasta ahora me había mostrado una cara, ayer me mostró otra para horas después y sin solución de continuidad volver a comentar la primera. Los detalles son casi lo de menos, casi. Esta mañana, de camino al fútbol, iba pensando en ello. Ese pensamiento me evocó aquella canción de Mecano: La cara vista es un anuncio de Signal, la cara oculta es la resulta de mi idea genial de echarte ...
Mientras la tarareaba mentalmente pensaba también en "El Guiri" y aquel artículo en el que comentaba algo así como que escribía textos que tuvieran vigencia en cualquier momento procurando evitar modas que ahora pueden tener todo el sentido del mundo pero mañana posiblemente no sean entendidas por nadie. Ya lo recordé y lo comenté, si no recuerdo mal, hará unos meses.Y al hilo de ese pensamiento consideré que ese "anuncio de Signal" era posiblemente un magnífico ejemplo de una moda que no se entenderá, o no tanto como podría, dentro de muchos años. La música, en cambio, sí que será atemporal.
No dejé que esos pensamientos duraran mucho y volví a centrarme en lo de las caras. Pensé que esa persona no tenía dos caras sino tres. La que da la mayor parte del tiempo, la que muestra en ocasiones y la oculta. Luego me pregunté si realmente serían tres, tal como había conjeturado, o simplemente solo dos. Sin duda cabe la posibilidad de que la cara inusual no sea sino la que consideramos oculta que no puede permanecer oculta para siempre. Algo así como cuando alguien del primer mundo acaba inesperadamente con la vida de uno o varios seres humanos y los atónitos vecinos solo aciertan a decir que nunca lo hubieran esperado y que lo único que habían visto, a veces, es un cierto pronto.
Ese cierto pronto a veces visto no es sino esa cara oculta que a veces se deja mostrar. O eso pensaba yo. Esta mañana, como digo, me entró la duda. ¿Se trata de una cara oculta brevemente expuesta o se trata simplemente de otra cara más?. Ya se sabe que hay gente polifacética, esto no haría sino ratificarlo :-). Ayer me decían, precisamente, que las razones o las interpretaciones no importan, solo importa el resultado. Una discusión acerca de si eso es cierto o no es casi tan antigua como el mundo y si no, al menos como el fútbol. Ya se sabe que lo importante es el resultado y no tanto jugar bien ... dependiendo de si eso lo hace un equipo desconocido o tu propio equipo.
Al final, ¿alguna conclusión?. Pues no, o sí según se mire. La conclusión podría ser que soy una persona con más dudas que certitudes, a diferencia de otras personas y eso no me permite saber si esas otras personas tienen dos o tres caras. Por no saber, no sé ni cuántas tengo yo ni de esas cuántas son perceptibles desde fuera.
Un saludo, Domingo.
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