domingo, 1 de febrero de 2015

Fuerza de voluntad Vs Masoquismo

Una pregunta que me he hecho en las últimas semanas es qué diferencia mi fuerza de voluntad, la mucha que tengo para algunas cosas y la poca que tengo para otras, del masoquismo. Cierto es también que la fuerza de voluntad tiene matices; en concreto, es mucho más fácil tener fuerza de voluntad si las circunstancias acompañan que si no.

La conclusión es que no lo tengo claro. Por ejemplo, durante el último año he leído (o algo así) las obras completas de Shakespeare. Digo "o algo así" porque ha sido una lectura en la mayor parte de los casos mecánica, antes de irme a dormir, con los siguientes objetivos:


  1. El primordial, otra marca en el revólver. No en vano este no es sino el quinto o sexto peldaño en una escalera compuesta de clásicos e idiomas. 
  2. El secundario, aprender vocabulario; vocabulario que sería complicado encontrar en otros libros o viendo series de televisión.
Lo primero no sabría muy bien cómo desarrollarlo. No sé si se trata de demostrarme algo, si se trata de ejercitar una facultad que considero necesaria tener, de todo un poco o nada de ello y es puro masoquismo. Aunque debo decir que puro masoquismo tampoco es, pues no en vano me he divertido como un enano en alguno de los peldaños que en su momento subí. En particular los relacionados con el Quijote.

Pero tampoco sería descabellado tildarlo de masoquismo porque, al igual que pasó con otros peldaños, este solo lo acabé porque tenía que hacerlo, ni más ni menos. Al igual que en otros casos, el Ulysses de Joyce por ejemplo, no se trata de una lectura vacua. Hay sin duda pasajes interesantes pero cuyo interés posiblemente no justifica el resto. En particular algunas rimas, aliteraciones o simplemente encontrarse con frases ya históricas en el mundo del teatro y la literatura. Aunque tentado estoy de decir el teatro y la "literhartura" porque se me hizo especialmente complicado leer teatro, quizás también por las pocas veces que he ido. Comprendí la necesidad del libreto con el guión de personajes, escenas y demás pues el 99% de las veces no sabía quién era quién ni volvía hacia atrás para comprobarlo porque la trama no me resultaba lo suficientemente interesante. Aunque esto, por supuesto, es fallo mío, no del maestro :-).

En cualquier caso, aproximadamente en la primera semana del primer de este año, cuyo segundo mes iniciamos hoy, acabé con las obras completas de Shakespeare y puse proa al próximo reto. Exagero en verdad a decir eso pues en realidad de esa "escalera" que me propuse subir hace años, solo me falta un peldaño y para poder subirlo antes tendría y tendré que aprender alemán. Así pues ahora mismo nos dedicaremos a distraernos un rato con algún que otro clásico, seguiremos afinando vocabulario y mientras pensaremos en esas cosas para las que no tengo fuerza de voluntad. A ver cómo podríamos conseguir que sí las tuviera.

Un saludo, Domingo.

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